¿De dónde Aumenta el Disgusto? Carta del Cielo #4333 Publicado el: 5 de Octubre, 2012
http://www.heavenletters.org/from-where-does-annoyance-grow.html
Dios dijo:
Cuando se sientan disgustados con alguien, no importa cuán legítimamente, no importa cuánto él o ella les falte el respeto, respiren. Tomen un momento para reconciliarse con ustedes mismos y con la remembranza de que dentro del disgusto dentro de ustedes mismos y dentro del disgusto de otro alguien, YO SOY. Dentro de ti quien puedes estar acaloradamente disgustado, YO SOY. Puedo estar encubierto. Puedo estar apartado por el momento, pero no estoy ausente. No hay nadie sobre esta Tierra que no sea Yo Mismo. Yo SOY tú. Quizás el disgusto llegue a su máximo para que tú puedas recordarme. Puede que Me hayas enterrado. La otra persona puede haber Me enterrado. Ninguno de ustedes puede pensar en Mi existencia. Con toda seguridad, ustedes no son cuando el disgusto y la irritación dominan. Ustedes son responsables por olvidar. Ustedes son responsables por estar ciegos. Por un momento ustedes se descarrilan por un detalle de la vida. Por un momento ustedes eligen irritarse en vez de amar. Los seres humanos tienden a confinarse a sí mismos en un lugar de disgusto y desperdician demasiado tiempo y espacio cuando tienen todo un mundo para del cual elegir.
Una y otra vez les diré que cuando se sientan disgustados, cuando se sientan tan disgustados que explotarían, cuando se sientan tan disgustados que difícilmente puedan soportarlo, en realidad se trata de ustedes mismos quienes eligieron ese disgusto. Ya estaban listo para él. Puede que lo hayan estado buscando. Iré aún más lejos en decir que, ustedes lo quisieron. Ustedes favorecieron la causa del disgusto. Ciertamente, estarán de acuerdo de que ustedes no pueden disgustarse sin su consentimiento. Ustedes son parte de él. Nadie más que ustedes mismos hace que se disgusten, encolerizarse hasta las orejas, y listos para ser atados.
Los seres humanos son algunas veces vehículos para el disgusto. Algo no está bien en el mundo. Ustedes están de mal humor, y alguien llega para justificar su sensación de mal humor. Y se encierran en ello.
Es verdad, alguien no está siendo considerado con ustedes. Están siendo considerados consigo mismos. Y, así ustedes también están siendo desconsiderados con ustedes mismos y también con la apariencia del prójimo o de lo contrario no reaccionarían así.
¿Cómo puede haber paz en el mundo cuando ustedes se enojan por bagatelas? ¿Saben por qué se están enojando? Es su ego apaleado por el cual se enojan. Se le falla al Ego y éste está brincando arriba y abajo en su corazón. El ego los pone todos ustedes en una irritación por lo que alguien dice o hace. ¿Qué más podría ser, amados? La causa aparente no es la causa, no importa cuánto parezca serlo.
¿Qué tanto la persona que los molesta los molestaría inestimablemente si ustedes se hubieran ganado 50 millones de dólares en la lotería el día de hoy? Su atención estaría en otra cosa en lugar del disgusto. Regocijados, ustedes no siquiera se fijarían en lo que ahora los encoleriza. Confiesen la verdad de esto. Ustedes son sus propias víctimas.
Ustedes pueden exentar el disgusto. Sean felices, y exentarán el disgusto, y entonces, debido a que ustedes provienen de un lugar diferente, la persona que los disgusta ya no sentirá la necesidad de disgustarlos. La felicidad es contagiosa. El disgusto lo es también.
Pongan al mal tiempo buena cara y dejen ir todo lo que los aleja de la alegría. Permitan que el disgusto se vaya. A menos que realmente amen su compañía, déjenlo ir. Sean sonrientes y dejen brillar sus ojos. La sonrisa derrota a un ceño fruncido cualquier día. ¿A qué se le debe tanto berrinche después de todo?
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